Fernandez cuando arribe a la Casa Rosada el 10 de diciembre revisará las relaciones actuales de la Argentina con Venezuela: aceptará a Nicolás Maduro como presidente y no reconocerá a Juan Guaidó como jefe de Estado interino, a la vez que le retiraría las cartas credenciales de embajadora a Elisa Trotta, que representa a Guaidó en la Argentina.
Fernández cree que se deberá dialogar con Maduro y aceptar que este es el presidente en funciones.
“Estamos hablando del derecho internacional y no de lo que opine Macri. (Trotta) es una embajadora de un gobierno puesto por Estados Unidos en vez de una embajadora del pueblo venezolano más allá de que cuestionemos el autoritarismo de Maduro”, agregó otro referente del equipo de Fernández que analiza lo que será la estrategia diplomática de la Argentina en lo inmediato.
La Cancillería del nuevo gobierno reconocería entonces al embajador Carlos Martínez y a los diplomáticos de Maduro que están en Buenos Aires. La decisión de Fernández de desconocer a Guaidó y a su embajadora en Buenos Aires pondrían al presidente electo en un virtual enfrentamiento con la comunidad de exiliados venezolanos que viven en la Argentina quienes tienen muy buena relación con Trotta.