El histórico juicio político contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comienza este martes en el Senado, con la división partidista que caracteriza su mandato: mientras la oposición demócrata lucha por apartarlo del cargo, los republicanos que controlan la Cámara Alta buscan una rápida absolución. Cuatro meses después de que explotó el escándalo ucraniano que lastró el final del gobierno de Trump, cuando faltan 10 meses para las elecciones presidenciales, los 100 senadores se reunirán en el Congreso para el juicio que comenzará a las 13 (hora local, 18 GMT) y que, según todos los pronósticos, concluirá con una absolución en algunas semanas.
Si bien las perspectivas del juicio son muy negativas para los demócratas (se necesitan dos tercios para condenar a Trump), la oposición solo precisa convencer a cuatro senadores republicanos para lograr una mayoría que defina qué tipo de juicio tendrá el presidente. El lunes por la noche el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, propuso entre otras cosas que cada lado tenga un total de 24 horas para establecer sus argumentos en dos días.
Se espera una fuerte lucha de los demócratas para poder citar testigos y documentos, y podrían forzar al Senado a sesionar a puertas cerradas para debatirlos. Pero McConnell ha dicho que no considerará el asunto de los testigos hasta después de los argumentos y los interrogatorios.