La carrera demócrata en Estados Unidos entró en una fase decisiva con todas las miradas centradas en el Supermartes, la mega jornada electoral de mañana que repartirá el 34% de los apoyos para lograr la candidatura del partido y a la que el senador progresista Bernie Sanders llega como gran favorito, aunque la sorpresiva renuncia de Pete Buttigieg daría renovado impulso a Joe Biden. Tras la rotunda victoria de Biden en las primarias de este sábado en Carolina del Sur, la gran pregunta en Estados Unidos es si el ex vicepresidente de Barack Obama será capaz de traducir ese triunfo en un impulso notable en los catorce estados que votan mañana, y que en su mayoría se inclinan a favor de Sanders. “Creo que nos va a ir mejor de lo que la gente cree”, dijo Biden en una entrevista.
El llamado Supermartes siempre ha sido una fecha crucial para consolidar o derrumbar campañas y para aportar claridad al rumbo de las primarias, pero este año cobró todavía más peso por incluir entre los estados que votan a California, el territorio más poblado del país y de fuerte mayoría demócrata. Junto a California, votarán otros estados importantes por su población y peso en las elecciones generales de noviembre como Texas, Colorado, Carolina del Norte y Virginia; además de Alabama, Arkansas, Maine, Massachusetts, Minnesota, Oklahoma, Tennessee, Utah, Vermont y el territorio de la Samoa Estadounidense.
El gran interrogante del Supermartes girará en torno a la entrada en juego del magnate Mike Bloomberg, que se sumó tarde a la contienda demócrata y decidió no competir en los cuatro primeros estados en votar, por lo que se estrena en las papeletas. El ex alcalde de Nueva York, una de las personas más ricas del mundo, inundó de anuncios las cadenas de televisión y se ha ofrecido a gastar hasta 1.000 millones de dólares de su fortuna para ganarle en noviembre al presidente Donald Trump, incluso si finalmente no es él el candidato demócrata. Pero sus rivales en las primarias lo acusaron de querer “comprar” la candidatura y su pobre actuación en el primer debate en el que participó, sumada a la victoria de Biden en Carolina del Sur, pueden haber mermado sus posibilidades de emerger como la gran alternativa moderada a Sanders.