El presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, recibió hoy artillería pesada de la oposición de derecha y la ultraderecha, que le reprochó graves errores en la gestión de la crisis del coronavirus y le atribuyó la responsabilidad por los muertos, además de acusarlo de querer perpetuarse en el poder. En la primera sesión de control parlamentario al Ejecutivo desde la entrada en vigor del estado de alarma el 14 de marzo último, Sánchez pudo constatar que está lejos de contar con la “unidad” que reclama en el frente político para sentar las bases para la salida de la actual emergencia y para una “reconstrucción” social y económica. “Queremos la victoria total y lo queremos hacer con la unidad. Apelo a su fuerza política y a toda la Cámara para llegar a un acuerdo”, subrayó Sánchez en su intervención utilizando el habitual lenguaje épico de su relato político en el marco de la lucha contra la pandemia de COVID-19.
Sin embargo, Pablo Casado, el líder del principal partido opositor, el conservador Partido Popular (PP), no sólo eludió su oferta de reeditar unos Pactos de La Moncloa, en referencia al acuerdo político y social forjado en España durante la transición de la dictadura y a la democracia, sino que puso en cuestión sus intenciones, y le atribuyó la responsabilidad por las más de 18.000 víctimas fatales provocadas por la pandemia de coronavirus. El político conservador culpó al gobierno de coalición entre el PSOE (Partido Socialista) y Unidas Podemos (UP) que lidera Sánchez, de que España sea “el país con mayor número de fallecidos por coronavirus del mundo” como consecuencia, según dijo, de su “política nefasta”. Además, Casado puso en duda la voluntad de Sánchez de llegar a un acuerdo con el PP en el marco de la actual crisis: “Cuatro son los minutos que nos ha dedicado en 24 días (…) A usted solo le importa el poder y a nosotros solo nos importan los españoles”, le reprochó.