Fernán Quirós, ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, si bien no respondió preguntas a la prensa en su habitual reporte matutino, dejó algunas posiciones categóricas con respecto a la vacuna Sputnik V. En un monólogo de casi media hora, Quirós informó que aceptaron iniciar la campaña de vacunación en virtud del prestigio de los técnicos de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y de la demanda creciente que existe en la sociedad, principalmente en los grupos de riesgo. Sin embargo, fue terminante de cara al futuro. “Para poder validar datos y sobre todo para contestar algunas preguntas en detalle, como por ejemplo las de los diferentes subgrupos de la sociedad y cómo se han comportado en términos de eficacia, necesitamos la apertura de los datos técnicos. Esa apertura ocurre por varios mecanismos. El primero es una publicación científica, cuestión que el Instituto y el gobierno nacional han dicho que ocurrirá en los próximos días. Pero también podría ser que se presente la información ante alguna entidad regulatoria internacional, que hacen rápidamente públicos los informes”, introdujo. El funcionario de Larreta agregó: “Nosotros necesitamos acceder en el corto plazo a la información técnica y al detalle para hacer una autoevaluación, no solamente los funcionarios y los técnicos, sino la sociedad toda, en este período hasta la próxima entrega. Cada uno puede decidir en forma autónoma si nos damos la vacuna en base a datos y no en base a la confianza que uno pueda tener de diferentes instituciones y gobiernos”. Quirós explicó que hasta el día de hoy, el Instituto Gamaleya sólo ha hecho un reporte periodístico. “La fase tres es muy larga pero tiene cortes preliminares para ir viendo cómo van dando los resultados. Han decidido realizar 3 cortes preliminares y el último lo hicieron en diciembre. Ahí declaró públicamente el 91% de eficacia y efectos adversos habituales para esta vacuna”, recordó. Sin embargo, aclaró que el instituto ruso presentó toda esa documentación técnica en la ANMAT bajo un convenio de confidenciales para valorar los datos y, a raíz de que pudieron responder todas las preguntas que los inquietaban recomendaron su aprobación al Ministerio de Salud.