Julieta Prandi al fin empezó a recibir respuestas de la Justicia: contó en más de una oportunidad el calvario que vive con su ex marido Claudio Contardi y reclamaba poder hablar y ser escuchada. Con el Juez García Lázaro ya fuera de la causa, asumió Marcela Silvia Rama quien resolvió anular el bozal legal que obligaba a la modelo a abonar una multa de 50 mil pesos si hablaba públicamente de la denuncia que realizó. La Jueza destaca que Julieta Prandi es una “figura pública, actriz y conductora con exposición laboral” por lo que la imposición del bozal legal “implicaría la restricción o anulación lisa y llana del derecho a la libertad de expresión volcado en medios de comunicación, es decir, afectación a la libertad de expresión y prensa de la Sra. Prandi, en el entendimiento que las personas públicas son en sí mismas productoras de contenidos y no sólo los medios masivos de comunicación”. En el escrito se explica por qué “lo requerido implicaría lisa y llanamente censurar a una figura pública”. “Decido hablar igual porque creo que pasaron todos los límites, me empujaron demasiado al abismo y estoy entre caerme al precipicio o hablar. Y voy a hablar”, anunció Julieta Prandi durante una entrevista en Intratables (América), en un mano a mano con Alejandro Fantino. Tras sostener que se separó después de ser víctima de todo tipo de violencia y abuso, la modelo expresó que lleva tres años de lucha en la Justicia y un calvario de una década y media. “El tiempo que conviví con esa persona, fueron 15 años, fue un calvario. Y ahora tengo tres más con la Justicia. Una vida”, resumió. No dudó en contar los motivos que la impulsaron a romper el silencio: “Empezar a escuchar la voz de mis hijos que me contaban la misma violencia que sufría yo, pero en carne propia”. Consultada por la relación de sus hijos con su padre, destacó que el más chico no tiene vínculo y lo llama por su nombre. Por otro lado, sostuvo que el mayor no lo ve desde febrero y que se quiere sacar el apellido: “Averiguó y a los 13 puede hacerlo”.