Vladimir Putin, en una conversación telefónica con el presidente de Francia Emmanuel Macron, volvió a mostrarse inflexible en sus planes de invasión a Ucrania, señalando que Kiev deberá cumplir con los “objetivos que exige Rusia, sea por la negociación o por la guerra”. De esta manera, Putin negó de plano que pueda acceder a alguna de las demandas del gobierno de Kiev en los contactos que se llevan a cabo entre ambos países cerca de la frontera con Bielorrusia. Una de las escasas reuniones de tono “anti-bélico” fue cuando el mandatario ruso le dijo a Macron que “no era intención de Rusia atacar centrales nucleares ucranianas”, pese a los misiles que impactaron en la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa en el centro de Ucrania, generando un incendio que sumó tensión al continente. Durante su conversación, Macron dijo que encontró a Putin “muy decidido a conseguir sus objetivos”, entre ellos, “lo que el presidente ruso llama desnazificación y neutralización de Ucrania”. En su anterior intercambio, la presidencia francesa informó que Macron opinaba que “lo peor está por llegar” y que Putin buscaba apoderarse de toda Ucrania. Putin también pidió el reconocimiento de la soberanía rusa sobre Crimea (que Moscú anexionó en 2014) y de la independencia de los territorios rusoparlantes del Donbass, al este de Ucrania. Esas exigencias resultan “inaceptables para los ucranianos”, admitió la misma presidencia, marcando que poco ha podido hacer para acercar las posiciones en guerra. Macron instó a Putin a que su ejército “no ponga en peligro a civiles”, de acuerdo con el derecho internacional, algo que, según el dirigente ruso, “no está pasando”. Ante el cruce de acusaciones que hay entre el Kremlin y Ucrania sobre las responsabilidades en el fracaso de la instrumentación de los corredores humanitarios acordados en negociaciones, sobre todo el de la devastada ciudad de Mariupol, Macron le dijo a Putin que “es ejército ruso el que está atacando”, y que no tenía “motivos para creer que el ejército ucraniano está poniendo en peligro a civiles”. Putin insistió en acusar al gobierno de Volodimir Zelenski por el fracaso de esa operación de evacuación de civiles de la ciudad portuaria de Mariupol, rodeada por las fuerzas rusas, según el Kremlin. Putin señaló que “Kiev sigue sin cumplir los acuerdos alcanzados en torno a este grave problema humanitario”, según un comunicado del Kremlin, después de dos intentos frustrados para evacuar Mariupol, con ambas partes acusándose de haber roto el alto el fuego. Rusia volvió a advertir a los países vecinos de Ucrania del riesgo que supone acoger aviones de guerra ucranianos utilizados en la guerra entre ambos Estados. “Prácticamente, toda la aviación del régimen de Kiev apta para el combate fue destruida. Pero sabemos por una fuente segura que algunos aparatos ucranianos volaron hacia Rumania y otros países vecinos”, dijo el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov. “La utilización de redes de aeródromos de estos países como base para aviones militares ucranianos y su uso posterior contra las fuerzas armadas rusas podría ser considerado como una implicación de estos países en el conflicto armado”, agregó. Ucrania, donde el ejército ruso realiza una intervención desde el 24 de febrero, insta a los países occidentales a establecer una zona de exclusión aérea sobre su territorio, algo que la OTAN rechazó, alegando un fuerte riesgo de confrontación directa con Moscú.
“RUSIA CUNPLIRÁ SUS OBJETIVOS”
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