Tras cuatro años en pareja, Alejandro Fantino contrajo matrimonio con Coni Mosqueira en el registro civil de Bahía Blanca, ciudad en donde nació la novia. La pareja compartió parte de la intimidad de la ceremonia a través de sus cuentas oficiales de Instagram. Entre los invitados estuvieron varios amigos del periodista, así como la familia de la modelo. “El civil será chiquito, pero la fiesta sí será más grande. Empezamos con 150 invitados y ya vamos por 200″, había adelantado Mosqueira durante una entrevista con Socios del espectáculo (eltrece). “Tengo mucha emoción, felicidad. Me dan ganas de llorar todo el tiempo. Estamos felices. Por supuesto que charlamos de tener familia, pero el casamiento es un gran paso. Que la vida nos siga sorprendiendo, pero sí, es algo que me encantaría”, había asegurado la modelo en esa ocasión. Además de pasar por el registro civil, la pareja quiso celebrar sus cuatro años de amor a pura fiesta. Por ese motivo, apostaron por reunir a su círculo más cercano a puro baile. En varios videos de Instagram, los novios se mostraron disfrutando de la música junto a sus invitados. Un detalle muy peculiar de la fiesta fue la presencia de una tarotista, que respondía las consultas de los presentes, incluso de la propia novia, quien no dudó en pasar por sus manos. En las grabaciones los novios se mostraron muy contentos por su boda, y no dudaron en disfrutar del evento con el que quisieron festejar sus cuatro años de amor. Días previos a la boda, Fantino había asegurado que estaba viviendo este momento “con mucha luz y mucha alegría”: “Va a ser lindo lo del civil, pero también lo de la fiesta. Si Dios quiere y va todo bien me gustaría el año que viene empezar a buscar un hijo con Coni”. Antes de la ceremonia, el conductor compartió parte de la celebración a través de Instagram y Twitch. “Hay gente que escuché que decía ‘no me caso este año porque está el Mundial’, en mi caso no hay nada por encima de mi relación con mi esposa”, explicó durante un vivo del canal de Twitch de Neura Media.
DIERON EL “SI”
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