Al menos 56 civiles murieron, entre ellos tres empleados de la ONU, en nuevos enfrentamientos armados entre el ejército de Sudán y un poderoso grupo de paramilitares. La violencia estalló en medio de una lucha por el poder entre los dos generales que protagonizaron el golpe de Estado de 2021. El ejército regular y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido se enfrentaron con armas pesadas en los suburbios del norte de la capital, Jartum, y en el sur de la ciudad, según testigos. Una red de médicos prodemocracia informó que se reportaron 56 civiles y “decenas” de combatientes muertos, además de 600 heridos. Ambos bandos anunciaron la apertura de corredores humanitarios durante tres horas para poder evacuar a los heridos. Los habitantes de Jartum, que se quedaron sin agua ni electricidad, viven atrincherados en sus casas, mientras en las calles se libran combates callejeros con armas pesadas. “Los disparos y las explosiones no paran”, dijo Ahmed Hamid, un habitante de 34 años de un suburbio del norte de Jartum, citado por AFP. El Programa Mundial de Alimentos anunció la suspensión de sus operaciones en el país tras la muerte de tres empleados que trabajaban para esta agencia especializada de Naciones Unidas.
SUDÁN: CRECE EL CONFLICTO
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