En medio de fuertes lluvias que azotaron el estado de Bolívar, en el sur de Venezuela, una mina de oro artesanal llamada Talavera colapsó, dejando un saldo trágico de al menos 12 personas fallecidas por asfixia. El incidente tuvo lugar en el municipio de El Callao, cerca de la frontera con Brasil. El secretario de Seguridad Ciudadana de la gobernación local, Édgar Colina, informó que los mineros artesanales se encontraban trabajando en la mina cuando las precipitaciones intensas provocaron la insuficiencia respiratoria que les costó la vida. La mayoría de las víctimas eran originarias de otras regiones del país. El colapso de la mina desencadenó una operación de rescate liderada por los equipos de bomberos y Protección Civil, que iniciaron sus labores desde una mina cercana. Según Colina, los fallecidos carecían de la experiencia necesaria para operar en esta zona, a diferencia de los mineros locales. Según los medios, los fallecidos estaban trabajando de manera ilegal en una reserva de oro, algo muy común en esa zona del país. La falta de experiencia y el mal clima podrían haber influido en la tragedia, ya que existen condiciones en las que las minas no deberían ser trabajadas, de acuerdo con las autoridades locales. El Callao es un poblado cuya economía gira en torno a la extracción de oro, y la mayoría de sus más de 30.000 habitantes participan directa o indirectamente en esta actividad. En los últimos años, el Gobierno venezolano ha intensificado sus esfuerzos para combatir la minería ilegal en Bolívar, una actividad que ha cobrado la vida de decenas de personas, en su mayoría debido a enfrentamientos entre grupos irregulares. Esta tragedia pone de relieve la importancia de regular y promover prácticas seguras en la minería, así como de tomar medidas adecuadas para prevenir accidentes y proteger la vida de los trabajadores. Las autoridades locales y nacionales continúan trabajando en investigar las circunstancias del colapso y brindar apoyo a las familias afectadas.
TRAGEDIA EN VENEZUELA
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