Un reciente informe de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) advirtió que cuatro de cada diez trabajadores en relación de dependencia en Argentina no están registrados, lo que eleva la tasa de informalidad al 36,4%. El estudio, coordinado por los economistas Roxana Maurizio y Luis Beccaria, fue realizado por el Área de Empleo, Distribución e Instituciones Laborales (EDIL), del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP), utilizando datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). El informe resalta que, a pesar de una leve reducción interanual del 0,4%, la informalidad laboral sigue siendo una problemática estructural. Durante el primer trimestre de 2024, la tasa de asalariados no registrados alcanzó el 35,6%, con una mayor incidencia en mujeres (37,2%) en comparación con los hombres (34,2%). Los jóvenes, sin embargo, son los más afectados por esta situación. El 58% de los trabajadores asalariados menores de 25 años no cuenta con cobertura laboral ni seguridad social, 23 puntos porcentuales más que la tasa global. Esto implica que casi 6 de cada 10 jóvenes que trabajan en relación de dependencia lo hacen sin estar registrados, una tendencia que refleja las dificultades de inserción laboral para este grupo etario. El análisis también muestra una relación en forma de U en la incidencia de la informalidad por edades. Los trabajadores de entre 45 y 64 años presentan la menor tasa de informalidad (26,4%), mientras que los grupos más jóvenes y los mayores de 65 años (43%) registran los niveles más altos. La educación aparece como un factor determinante en la informalidad laboral. Los trabajadores con estudios universitarios completos exhiben una tasa del 15%, en contraste con el 54% entre aquellos que no terminaron la educación secundaria. Además, el informe subraya la marcada diferencia en la tasa de informalidad según el sector de actividad. Mientras que el sector público y los servicios financieros tienen tasas relativamente bajas (9,4% y 24,5%, respectivamente), los sectores de la construcción (70%) y el servicio doméstico (76%) son los más críticos, especialmente para personas con menor nivel educativo. Este informe destaca la persistencia de la informalidad en el mercado laboral argentino y su impacto desproporcionado en los jóvenes y en sectores vulnerables, marcando la necesidad de políticas públicas para reducir esta problemática.
EL TRABAJO INFORMAL ES UN PROBLEMA ESTRUCTURAL
artículo anterior