La devaluación del real genera expectativas en los operadores turísticos quienes especulan con que los argentinos que aún no definieron sus vacaciones encuentren en la conjunción de una moneda devaluada y playas paradisíacas el incentivo necesario para viajar a Brasil.
La devaluación de la moneda brasileña frente al dólar tocó su pico histórico desde que se creó el Plan Real y alcanzó los 4,20 reales por cada dólar. La noticia fue tomada con alegría por las agencias de turismo argentinas que entienden que, de persistir la tendencia devaluatoria, beneficiaría a los que quieran viajar este verano porque encontrarán que en medio de un cepo cambiario, los precios medidos en dólares son más accesibles. Y mucho más competitivos si se puede vacacionar en balnearios en donde el uso de la tarjeta de débito esté más extendido.
El lado negativo es que mientras se abre la posibilidad de mejorar competitivamente el costo de las vacaciones de aquellos que quieran ir a Brasil, el turismo receptivo sufrirá la llegada de menos brasileños que hoy necesitan más reales para acceder al dólar. Aunque con los niveles que maneja la economía brasileña la paridad entre la divisa norteamericana y el real no merecería ni un comentario en los medios de comunicación locales ya que prácticamente pasó desapercibida, enciende una luz de alerta porque los vecinos se vuelven, sin demasiadas complicaciones, relativamente más competitivos.