Manifestaciones, cacerolazos, bloqueos al transporte público y saqueos se vivieron en Colombia luego de las protestas populares. El eje de los reclamos son las reformas económicas tomadas por el presidente Iván Duque que pretende. La respuesta del gobierno ante estos hechos fue reunir de urgencia a su consejo de ministros. Se propusieron analizar la situación pero aún no llegaron a ninguna medida concreta. En Bogotá, donde se dieron los mayores disturbios, volvió a regir el toque de queda. La jornada del jueves dejó como saldo tres muertos y cientos de heridos.
Colombia se sumó a la oleada de reacciones populares en la región. En sintonía con la situación que vivió Ecuador y todavía sigue en desarrollo en Chile, las demandas son por un mejora en la distribución del ingreso. Tras el paro y las masivas manifestaciones del jueves en distintos puntos del país el viernes siguió la conmoción social. Se reportaron ataques contra el sistema público de transporte y algunos saqueos.
Al menos 68 estaciones del sistema de transporte público permanecieron cerradas después de haber sido dañadas con palos, piedras y pintadas. También se cancelaron las clases en la Universidad Nacional hasta el lunes.
Los manifestantes rechazan reformas de flexibilización laboral y cambios en el sistema jubilatorio. En este contexto, los máximos dirigentes de las centrales sindicales colombianas pidieron una pronta reunión con Duque con la esperanza de iniciar un diálogo social. También advirtieron que seguirán apoyando nuevas manifestaciones ciudadanas.