The Wall Street Journal informó sobre un acuerdo entre China y Cuba que permitiría a Beijing instalar un gran centro de espionaje en la isla caribeña, con el objetivo de interceptar comunicaciones de todo tipo en Estados Unidos. Según fuentes citadas por el diario, altos funcionarios estadounidenses confirmaron la existencia de esta información clasificada. En una primera respuesta, la Casa Blanca buscó minimizar la situación. John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, aseguró en una entrevista con MSNBC que el informe era inexacto. Sin embargo, este mismo funcionario admitió previamente las intenciones de China de invertir en infraestructura con posibles fines militares en América Latina y el Caribe. El gobierno cubano, por su parte, negó rotundamente la versión. El vicecanciller Carlos Fernández de Cossío calificó las informaciones de “infundadas”, “calumnias” y “falacias” destinadas a justificar las sanciones impuestas por Estados Unidos contra Cuba. Además, afirmó que el gobierno cubano rechaza cualquier presencia militar en América Latina y el Caribe, incluyendo la estadounidense en Guantánamo. Según The Wall Street Journal, el acuerdo entre China y Cuba se encuentra en una etapa inicial y, a cambio, el gobierno cubano recibiría miles de millones de dólares. La ubicación exacta de la base de espionaje no ha sido revelada, así como tampoco su tamaño o la cantidad de personal requerido para su funcionamiento. Sin embargo, el diario sugiere que una base de espionaje en Cuba, a menos de 150 kilómetros de Florida, sería estratégica para monitorear el tráfico marítimo en una región con numerosas bases militares e interceptar comunicaciones electrónicas en el sureste de Estados Unidos. Este acuerdo ha generado preocupación en Estados Unidos, ya que la presencia de una base de espionaje china en Cuba, tan cerca de su territorio, podría ser interpretada como una amenaza sin precedentes.
ESPIONAJE CHINO EN CUBA
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