El expresidente Mauricio Macri retornará a la actividad política después de sus vacaciones en Villa La Angostura y se enfrentará a la necesidad de tomar decisiones cruciales. Se encuentra en un dilema sobre si es conveniente para el PRO y para él mismo profundizar la integración con el Gobierno. El planteo clave es si este paso “debe limitarse al ámbito del Congreso Nacional, quizás mediante la creación de un interbloque, o si debiera explorar la posibilidad de que el sector libertario ceda algunos cargos con influencia en el Gabinete”. La fallida aprobación de la Ley Ómnibus en la Cámara de Diputados llevó a Javier Milei a un estado de furia, confrontando con gobernadores y diputados a quienes acusa de “traición”. Milei, siendo un líder dogmático con principios fuertes, ha mostrado recientemente cierto vértigo al vacío. Por un lado, reconcilió su enfrentamiento con el papa Francisco durante su visita a la Santa Sede. Por otro lado, en declaraciones a Marcelo Bonelli, mencionó un diálogo fluido con Macri y abrió la puerta a un acercamiento. Milei enfrenta desafíos considerables: su bloque legislativo es relativamente débil, con diputados inexpertos y senadores limitados en número. Además, si el Congreso sancionara una ley y Milei la vetara, carecería de la masa crítica para evitar que la ley sea finalmente aprobada. Los gobernadores, molestos por la asfixia financiera y los agravios presidenciales, amenazaron con una posible rebelión fiscal, y el gobernador de La Rioja incluso planteó la posibilidad de un juicio político. Milei, por ahora, parece ser el ejecutor del ajuste, pero el peronismo espera contraatacar cuando sea oportuno. En este contexto, surge la pregunta sobre si Macri y los líderes del PRO deben acercarse al gobierno formando una coalición en el Poder Ejecutivo o limitarse a cooperar más estrechamente en el Congreso. Bullrich aboga por la fusión total, considerando a Milei como líder indiscutido, mientras que otros proponen estrategias diferentes.
VUELVE AL RUEDO
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