Hernán Drago, a diferencia de otras personalidades, transitó el COVID como asintomático. “No quiero minimizarlo porque sé que hay mucha gente que la pasó realmente mal. Cuento mi experiencia, y lo único que sentí, desde que me informaron el positivo, fue estar un par de horas mareado, pero pensé que estaba somatizando, a la noche me picó un poquito la garganta…ahora, si eso es o no síntoma de COVID, fue muy leve”. Drago hizo referencia a las ganas de irse a vivir a Bariloche en un corto plazo: “Ese es mi lugar en el mundo, es dónde aspiro a irme a vivir dentro de 5 o 6 años. Cuando fui de viaje de egresados, a los 18 años, uno va con otra cabeza, porque vas pensando en tu compañerita, pasarla bien… En mi caso, yo me enamoré del lugar y me prometí pasar mucho tiempo. Siempre fui muy amante de la naturaleza y después, cuando la conocí a Barbi, que fue mi mujer durante 20 años, empezamos a frecuentar y me enamoré del lugar. Tengo la cabaña en el cerro Otto, es la última, allá bien arriba, y tiene una vista soñada”, remarcó. El modelo manifestó que esto se trata de un estilo de vida. “Le hago mucho caso a lo que me pasa, y cuando lo que me pasa es tan de raíz, tan natural, no me dejo invadir por propuestas televisivas que me demanden tanto como para no poder ir a mi lugar en el mundo”. Yo tengo muy claro que quiero ir a morir allá y cuando me preguntan ‘¿Vos naciste ahí?’ respondo que no, que nací en el lugar equivocado, pero que voy a morir en el correcto. Por eso me quiero ir a vivir allá con 50, 52 pirulos. Me quiero ir en plenitud, no a los 75 años que empezás con problemas, quiero ir a disfrutar”.