Apareció una nueva cepa de coronavirus en Gran Bretaña y, en sintonía con la decisión de los principales países de Europa, el Gobierno argentino decidió prohibir el ingreso de vuelos provenientes de Londres. En las últimas horas estuvieron en contacto Alberto Fernández, el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, y su par de Salud, Ginés González García, quien aseguró estar “preocupado” por el aumento de los casos en los países limítrofes de Argentina y por la situación del Reino Unido. Sobre los pasajeros que integran el último vuelo, dijeron: “Con PCR negativo podrán entrar pero van a registrar pasajero por pasajero”, deberán cumplir una cuarentena de 7 días junto con la tripulación y presentar el seguro COVID. Tras el anuncio realizado por el primer ministro británico, Boris Johnson, sobre una nueva cepa de coronavirus, al menos 11 países europeos cesaron unilateralmente los vuelos procedentes de la isla. Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Francia, Irlanda, Italia, Países Bajos, Portugal, la República Checa y Suecia. La medida fue adoptada temporalmente, a la espera de más datos científicos y de una decisión conjunta que se espera, surja de la reunión urgente de los embajadores de los 27 países miembros de la Unión Europea (UE) que se celebrará en Bruselas. Boris Johnson, anunció en conferencia de prensa que hasta el 30 de diciembre se endurecerán las restricciones en Londres y el sudeste de Inglaterra, ya que según datos preliminares, el virus que circula en esas regiones es 70% más contagioso. Sin embargo, matizó: “Nada indica que sea más mortífero o que cause una forma más severa de la enfermedad”.
La nueva cepa del coronavirus provocó una ola de contagios en el sur del Reino Unido y su descubrimiento ya fue informado a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, puso en vilo principalmente a Europa y también al resto del mundo, sobre todo luego de que se reportaran casos en Australia, Dinamarca, Italia, Países Bajos y Sudáfrica. En Argentina el ministro de Salud, Ginés González García, también se mostró preocupado con la posibilidad de un rebrote. “La inminente llegada de la vacuna significa un incremento del relajamiento. La gente piensa que ya la tenemos y se relaja. Y necesitamos 45 días para que funcione y después varios meses para lograr una inmunidad colectiva”, indicó. “El mundo está poniendo medidas durísimas. A mí me preocupa lo que está pasando en América del Sur. Están subiendo los casos en todos los países limítrofes. El único que no está subiendo es Argentina, pero tenemos que cambiar la conducta”, indicó. El funcionario del Gobierno explicó que en Inglaterra “hay una mutación importante de la cepa original” e informó que “hay 29 cambios que implican una capacidad incrementada de transmisión de la enfermedad de un 70 por ciento”. En ese sentido, aseguró que la nueva cepa es “muchísimo más contagiosa, pero no es más grave ni aumenta la mortalidad”.