El peronismo vivió el fin de semana pasado, una jornada electoral negra en cuatro provincias clave, que expuso su actual fragilidad y generó un fuerte sacudón dentro del Partido Justicialista. El desempeño más favorable se registró en Chaco, donde el exgobernador Jorge Capitanich quedó más de 10 puntos por debajo de la alianza entre el oficialismo provincial y La Libertad Avanza. En Salta y Jujuy, el justicialismo fue relegado a un lejano tercer puesto, mientras que en San Luis logró ser segunda fuerza, aunque con una diferencia de más de 20 puntos. Las derrotas encendieron alarmas en el espacio que busca posicionarse como la alternativa al presidente Javier Milei, y abrieron fuertes interrogantes sobre la estrategia electoral y el papel de la expresidenta Cristina Fernández, actual titular del PJ. En las provincias intervenidas por el partido, como Salta y Jujuy, los cuestionamientos apuntan a la imposición de candidaturas por parte de los interventores, lo que habría provocado la fuga de referentes hacia los oficialismos locales. Mientras tanto, Karina Milei celebró el resultado como un triunfo político y proyecta replicar el esquema exitoso en la próxima elección legislativa en la Ciudad de Buenos Aires. En la Casa Rosada ya hacen cálculos de cara a una eventual reelección presidencial en 2027, convencidos de que el ajuste no tuvo hasta ahora un costo político relevante. La lectura entre los oficialismos provinciales también es positiva, pero el gran derrotado fue sin dudas el PJ, que desde la caída electoral de 2023 no logra recuperarse ni unificar criterios. “Si no pegamos un volantazo, nos vamos a estrellar”, advirtió un dirigente del interior, en alusión directa a la falta de conducción clara y al liderazgo judicializado de Cristina Fernández, quien asumió la presidencia partidaria tras una disputa con el gobernador riojano Ricardo Quintela. En Salta, la debacle fue total: el kirchnerismo no logró obtener ninguna banca, mientras que el gobernador Gustavo Sáenz, aliado de Sergio Massa, y LLA se repartieron el mapa electoral: “Que se den cuenta de que a los salteños no nos dicen lo que tenemos que hacer desde Buenos Aires”, lanzó Sáenz en crítica directa a los interventores nacionales. En Jujuy, el panorama fue similar. Con el PJ dividido entre kirchneristas y no kirchneristas, la lista oficial del gobernador radical Carlos Sadir se impuso con claridad, mientras que LLA quedó en segundo lugar, relegando al peronismo al tercero. La situación en San Luis también reflejó el retroceso del justicialismo: sin competencia libertaria directa, el gobernador Claudio Poggi arrasó con una diferencia de más de 30 puntos en la elección a senadores, superando cómodamente al Frente Justicialista que lidera Alberto Rodríguez Saá. En este contexto, el peronismo espera que la elección en la Ciudad de Buenos Aires, donde Leandro Santoro aparece como candidato competitivo, le ofrezca un respiro. Pero si no logra imponerse, el 2025 se encamina a consolidarse como un año electoralmente adverso para el kirchnerismo.
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