En el primer día de presidencia de Dina Boluarte, pidió una tregua a la oposición para superar la crisis institucional luego de la fulminante destitución y detención de su antecesor Pedro Castillo tras disolver el Congreso. Hasta ahora la vicepresidente, abogada de 60 años, debe conformar su primer gabinete ministerial y someterlo a la aprobación del Congreso, lo que permitirá tomar el pulso a la orientación de su Gobierno y vislumbrar sus posibilidades de sobrevivir a la tormenta política que la acecha desde el Congreso Unicameral. Tras una sucesión de anuncios que en pocas horas sacudieron la institucionalidad de Perú, Boluarte fue juramentada como la primera mujer presidente del país y dejó claro que aspira a cumplir todo el período, hasta julio de 2026. Sus decisiones iniciales serán cruciales para saber si alcanzará ese objetivo, o si deberá resignarse a dar un paso al costado y pedir elecciones generales anticipadas. En sus primeras palabras como jefe del Gobierno peruano, llamó a la “unidad nacional” y exhortó a dejar de lado las ideologías, en tácita alusión al enfrentamiento que marcó a fuego la relación entre el gobierno de izquierda de Castillo y el Congreso, dominado por la derecha. Luego lanzó un guiño a la Organización de los Estados Americanos (OEA): “Hago un pedido muy concreto a la representación nacional, solicito una tregua política para instalar un Gobierno de unidad nacional”. Desde inicios de diciembre, una misión de la OEA que monitorea la crisis política peruana había pedido una tregua de 100 días entre el Ejecutivo y Legislativo que no llegó a ocurrir.
CRISIS PERUANA
artículo anterior