Luego de contar que desde el inicio de la cuarentena salió a la calle en apenas tres ocasiones, Oscar González Oro confesó estar “harto” de quedarse en su casa. La primera vez lo hizo para concurrir como invitado al programa de Mirtha Legrand que conduce Juana Viale. Luego estuvo en el estudio de PH, para el ciclo de Andy Kusnetzoff. La última: debió acercarse al Sanatorio de La Trinidad, en San Isidro, tras intoxicarse por comer una lata de atún vencido. “Ya no sé qué inventar”, comentó resignado, para entonces anunciar: “El día que pueda me cruzo el Charco y me voy a Uruguay. De eso no tengo dudas. Es distinto el paisaje, es distinto todo; así que me iré el día que se pueda. Y me quedaré allá hasta que pase todo. Obviamente, volveré. Tengo que volver por cuestiones personales”. En ese caso, conduciría desde allá su programa en las tardes de Radio Rivadavia. “Si es lo mismo”, dice, ya que aquí sale al aire desde su casa, y a los efectos técnicos no habría mayores diferencias. Yo necesito libertad. Extraño la libertad”.
Quedarse en Uruguay le representaría otra ventaja. “Mis hijos están en Europa, y desde Montevideo puedo viajar para verlos. Desde acá no puedo. Todo está complicado; todo te lo complican, todos son permisos, todos son trámites gigantescos. No tengo ganas. El día que se abran las fronteras me subo al auto y me voy. Así de simple”. El Negro es muy crítico de la gestión del Gobierno sobre la pandemia. “Se prioriza la cuarentena olvidándose que la gente tiene que comer, trabajar, desarrollarse, crecer, estudiar, porque eso también es parte de la vida. El Presidente está preocupado por la vida de los argentinos, pero la vida de los argentinos no pasa por si hay o no reforma judicial. La gente en la radio me plantea problemas concretos: que no le pagan el IFE, que no cobra el banco, que la jubilación no aumentó… Hay problemas concretos que no están resolviendo”. Y fue más allá: “Dudo que nos estén diciendo la verdad en cuanto a los contagiados. ¿Le tengo que creer al Estado? Si siempre me mintió…”. En el plano personal, el Negro contó que está “en paz”, aun cuando se encuentra “solo”. “¡Por suerte!, porque convivir estos días con alguien sin poder salir… yo me muero, me mato”. Recibió el llamado de una ex pareja, pero las intenciones no prosperaron. “Tampoco es tan trascendente que llegue el amor; también hay otras cosas en la vida”, dijo el periodista, quien está embarcado en un gran proyecto: la publicación de una novela que escribe todas las noches.